La siguiente historia me fue contada por una familia a la que tengo mucho tiempo de conocer, y su experiencia con fantasmas la vivieron en el año de 1980.
La familia Rodríguez planeó una noche de verano salir con sus hijos a admirar las estrellas y las avionetas muy cerca del Aeropuerto del Norte, por la Carretera Laredo.
Eran las cinco de la tarde y todos estuvieron listos para el gran paseo, invitaron a uno de los hermanos del señor Rodríguez, primero estarían viendo las avionetas para luego prepararles a sus hijos algún aperitivo para quedarse hasta el anochecer y así poder ver las estrellas, ya que esa noche en la televisión anunciaron que habría lluvia de estrellas.
Pero al momento de querer retirarse se dieron cuenta que ninguno de los dos autos arrancaba, decidiendo quedarse en el lugar hasta el amanecer.
Acamparon a un lado de los autos, los niños no entendieron el por qué de quedarse ahí, pero lo que sí tuvieron seguro era que pasarían una aventura esa noche, ya que empezaron a contar historias de misterio entre ellos.
El señor Rodríguez y su hermano junto a sus dos hijos mayores que en aquel entonces tenían 12 y 13 años, caminaron unos metros, ya que traían huleras y tiraban hacia el monte, mientras las mamás cuidaban a los pequeños.
De pronto se alejaron más sin que los pudieran ver debido a la oscuridad de la noche, el camino estaba alumbrado por una luna llena que ante la soledad del sitio daba un escenario de misterio que puso nerviosas a las cuñadas que se habían quedado solas, gritando los nombres de sus esposos.
Ante el llamado de las mujeres asustadas y nerviosas, a lo lejos se acercaba una señora anciana con un pequeño a su lado, los niños no se dieron cuenta de la angustia de sus madres y siguieron contando sus historias.
La mujer les preguntó qué era lo que hacían en ese lugar, que era peligroso gritar pidiendo ayuda o llamando en la oscuridad, no entendieron de momento lo que la anciana les decía, pero se dieron cuenta que ésta tenía los ojos blancos y no tenía sombra, ya que cuando la alumbraron se percataron de eso.
Oyeron a lo lejos las voces de sus maridos e hijos, y sin que se dieran cuenta la anciana desapareció con el pequeño niño que la acompañaba.
Lo que vivirían esa noche, jamás la olvidarían.
Continuará…
Laurita Garza
@LauritaGarzaCom
Vaya gilipolles mas mongolo no se puede
esta chidas la leyuenda.
chida
eso te dejaron de tarea no
buena
uuuuuy q mello…
pues de masiado chida