Me llamó una amiga para invitarme a tomar un café, su hermana Magda quería contarme una historia que a continuación les comparto.
En los años 70´s Magda estaba entusiasmada por que sus padres le ofrecieron estudiar la carrera de Secretaría Inglés Español en una prestigiada escuela llamada “Academia de Comercio Luz Benavides”, que ese entonces era una de las más caras de la ciudad, por la fama de la escuela que era garantía de trabajo para las alumnas, la disciplina en el colegio era muy estricta y las reglas se debían seguir al pie de la letra.
Las maestras que impartían clases, muchas de ellas eran egresadas de la misma, mantenían una actitud de mucho respeto y hasta de miedo, hacia la directora y dueña del lugar.
Al llegar a su tercer año de carrera, las alumnas eran sometidas a diferentes pruebas en donde tenían que obtener “estrellas” de cada materia, para que fueran enviadas a prestigiadas empresas a realizar sus prácticas, que claro todas querían lograr.
Una de esas tardes en que Magda quería presentar el examen de mecanografía para ganar una de esas “estrellas”, acompañada por dos compañeras, buscaron a la maestra en el salón de máquinas que se encontraba en el tercer piso del colegio, pero al llegar al lugar no encontraron a nadie, pero para su fortuna éste se encontraba abierto.
A pesar de saber que si usaban las máquinas sin permiso se escucharía, se arriesgaron, deseaban practicar para su examen, y así lo hicieron, estando inmersas en su práctica, de pronto escucharon el ruido de las sillas al fondo de salón, se miraron entre ellas asustadas, esperaban encontrar a la maestra de mecanografía en el salón, pero ésta no estaba ahí.
Magda comentó a sus compañeras que posiblemente había sido en el salón de abajo el ruido que habían escuchado, de pronto la maestra llegó y les preguntó que cómo hicieron para entrar, si el salón permanecía cerrado cuando no había clase.
Las chicas contaron que éste se encontraba abierto y que estaban practicando, esperándola a ella, la maestra se encontraba contrariada y preocupada, les pidió en un tono raro que por favor nunca más lo volvieran a hacer, que era peligroso. La curiosidad se apoderó de ellas, no comprendieron el por qué del comportamiento tan tajante de la maestra, ya que la conocían y ella tenía un carácter muy dulce para con ellas.
Pasaron unos días y el período de exámenes comenzó, la presión por sacar buenas notas las mantenía ocupadas, pero sin olvidarse de lo que habían platicado con su maestra.
El descanso lo tomaban en la azotea del colegio, por lo tanto pasaban por el tercer piso inevitablemente, al ir platicando por el pasilo, escucharon el ruido de una de las máquinas de escribir, voltearon hacia el salón y se dieron cuenta que éste se encontraba cerrado, sin pensarlo se encaminaron a la puerta, al llegar a ella el ruido se detuvo, escuchando a alguien llorar sin parar en el lugar, se alejaron de inmediato y decidieron no contar nada a ninguna compañera.
El miedo y la angustia de no saber qué ocurría se apoderó de ellas, el colegio era extraño, los pasillos muy angostos y el personal muy reservado.
Ese día la última clase la tomarían precisamente en el salón de máquinas, acordando quedarse hasta que salieran todas sus compañeras para hablar con la maestra. Era una tarde lluviosa y la luz en el colegio se fue, interrumpiendo la clase y pidiéndoles a las alumnas dirigirse a su salón a esperar que la lluvia cesara un poco y pudieran retirarse a su hogar.
El colegio poco a poco se fue quedando solo, la tarde caía y el silencio se apoderaba de él, Magda esperaba en una de las bancas del pasillo central a que la lluvia pasara para retirarse, percatándose que había olvidado en su salón una libreta. Cuando se dirigía al aula, por las escaleras, se escuchaba a lo lejos murmullos de lamentos seguidos de llantos, con pasos lentos se acercó a la entrada del salón, que nuevamente se encontraba abierta, observando a una chica sentada en la última fila de máquinas, se detuvo y preguntándole que si la podía ayudar, la puerta se cerró, corriendo hacia ella tratando de abrirla, la histeria se hizo presente al ver a la chica acercarse lentamente, en uno de sus intentos por abrir la puerta, ésta se abrió, salió corriendo lo más rápido que pudo, cuando topó en las escaleras con la maestra de mecanografía.
Cayendo desmayada y llevada a la dirección del colegio hasta que despertó, estaban la subdirectora y la maestra frente a ella, le preguntaron si se sentía bien, que ya sus padres habían sido notificados y que en seguida llegarían por ella, al incorporarse Magda les contó lo que le había sucedido, quedando calladas las dos maestras, hasta que la subdirectora rompió el silencio para decirle que todo lo había imaginado que el miedo la hizo ver y escuchar cosas que no existían, que le pedían que lo ocurrido no fuera dicho para evitar alarmar a las alumnas, que el colegio era muy prestigiado y que ese tipo de cosas lo perjudicaban. Magda en ese momento no tenía fuerzas ni ánimo para debatir lo ocurrido, así que prometió a las maestras que no diría nada, ni a sus padres.
Los días pasaron y el mal tiempo empeoraba, las lluvias fuertes se hacían presentes por las tardes y oscurecía los pasillos del colegio, no contó nada pero evitaba andar sola, sus compañeras la notaban rara, le pedían que les contara si tenía algún problema, no pudo más y platicó lo sucedido, convenciéndola de ir buscar a la maestra y pedirle que si ella sabía algo debía de decírselos, ya que solo así Magda podría dejar de sentir el miedo que le invadía.
Buscaron en el descanso poder platicar con la maestra, rogándole que les contará quién era esa chica que su amiga había visto, quedó con sus alumnas que al termino de las clases la fueran a buscar al salón de máquinas, que ahí hablarían.
Puntuales a la cita que tenían en el salón de máquinas, esperaban en el pasillo a su maestra, dándose cuenta que el salón nuevamente se encontraba abierto, el ruido de los truenos y relámpagos, hacían que el tiempo de espera se hiciera largo, a lo lejos escuchaban a compañeras y personal despedirse, quedando solo en el colegio, la maestra, la intendente y ellas, no habían estado en el colegio tan tarde, las luces tenues que alumbraban los pasillos las hacia sentir miedo, pero no podían perder la oportunidad de que la maestra haya aceptado hablar de lo que ocurría en el colegio.
Estaban a punto de descubrir el secreto de una tragedia, guardado celosamente por el personal del colegio…
La historia continuará…
Laurita Garza
@LauritaGarzaCom
OJALA YA PONGAN LA SEGUNDA PARTE YO TAMBIEN ESTUVE AHI GENERACION 88 – 91 Y SE SE ESCUCHABA ALGO EN EL SALON DE MECANOGRAFIA PERO DECIAN QUE COMO ERAN EDIFICIOS ANTIGUOS LAS PAREDES GUARDABAN SONIDOS COMO SEA SIEMPRE SE SINTIO MEDIO RARO ENTRE LOS BAÑOS Y ESE SALON.
Asi es Veronica soy de tu generacion y la verdad historias siempre hubo hasta en los baños, pero todo mundo comentaba q era una escuela de mucha antiguedad, y ahora es una Universisad, deberian ver si aun se escuchan ese tipo de ruidos.,
ahi vero me dejaste bien emocionada! y la 2da. parte no sabes para cuando la publican, saludos
ni idea wera ni habia visto que por haber puesto un comentario se habia publicado pero si la vdd es que yo tambien me quede picada
Nancy Segovia Marina Martinez sera cierto amigas
Yo tmbn me acuerdo q pasaban cosas raras, la puerta se cerraba fuertísimo y ni siquiera había aire, e igual de los sonidos decian que el edificio guardaba sonidos, esperemos la segunda parte
Elena Rios Kaufmann leela amiga es la que te platique
Generacion 1962-1965 felicitaciones a la novelista….. Nunca paso nada!
hay no pines, jajajajajaj deberas eres buena para las novelas felicidades jajajajajaj.
Tu tambien eres Ex-A-Luz Benavide???
No creo….
Hola me parece interesante la historia, novelesca, pero para quienes nos gusta la lectura y escritura, me gustó. Soy de la generación 66-68 del grupo de "Especiales" secretaria bilingue, creo que nos decían así porque hicimos 2 años en lugar de 3, y pasé muy buen tiempo en esta Academia de Comercio, la Directora era Srita.Alicia Martínez, me gustaría contactarme por este medio con alguna de mis compañeras.
yo soy ex alumna de ese colegio generacion 88-91 y nunca nos dijeron nada de esa leyenda ni se oian ruidos a de ser mentiras
que bueno que nunca supe de esa historia mientras estudie alli soy generacion 90-93
POR ESO Y QUE PASO QUIERO SABER LA CONTINUACION…..
Tere a ver si te acuerdas de mí, vivía a la vuelta de tu casa por Emilio Carranza, yo tambien soy de la misma generación… Saludos