El dolor que sintió Carolina al enterarse que su amado Luis, estaba muerto, la invadió por completo, pero una esperanza se mantuvo en su corazón, estaba segura de lo que había visto, la confusión se apoderó de su ser.
La hermana de Carolina contó a su madre que ella había hablado con Luis, que no contestaba sus preguntas que sólo le dijo que venía a ver a su hermana y que volvería por la noche.
Cayó la tarde, Carolina ya no salió de su recámara, esa noche estaba más fría que nunca, el viento helado golpeaba las ventanas, y el desconcierto de la joven creció más.
No podía dormir, así que estaba frente al ventanal de su recámara, cuando nuevamente observó la silueta de su amado, que se acercó a la puerta, de inmediato bajó a abrirle, pero la sorpresa de Carolina fue encontrarlo ya en la sala.
Eso era lo de menos para Carolina, estaba frente a frente de su amado, pero al abrazarlo sintió muy frío su cuerpo, él la tomó de la mano y le pidió que se sentaran.
La sensación de Carolina no la podía entender, quiso preguntar tantas cosas, pero Luis no se lo permitía, le pidió que lo escuchara que necesitaba despedirse, que no podía marcharse sin antes decirle lo mucho que la amaba.
La madre de Carolina y su hermana estaban escuchando lo que Luis le decía, pero se dieron cuenta de inmediato que lo estaban viendo no era el muchacho sino su espíritu, ellas ya habían investigado que efectivamente el joven había muerto una semana antes del encuentro que estaba teniendo con su hija.
Carolina pidió a Luis que no la abandonara, que quería estar con él, que se la llevará, al escuchar lo que le pedía su hija, la madre de ésta se encaminó a la sala, de pronto un fuerte viento sin explicación abrió la puerta de su hogar, cayendo desvanecida Carolina y desapareciendo Luis.
El amor que vivieron Carolina y Luis, fue más allá de la muerte, la familia de ella quedó destrozada, su joven hija murió por causas naturales esa noche, los enamorados se fueron juntos en donde sin duda el amor venció la muerte.
Hoy en día el recuerdo de su adorada Carolina, no está superado por su madre, pero el consuelo de la familia es que el amor que vivió su hija se convirtió en eterno.
Laurita Garza
@LauritaGarzaCOM
K binito
La gorda haha "k binito" deja de soñar