Mediante un estudio realizado por especialistas en la Universidad de Chicago en Estados Unidos, el sentido olfativo es un referente para el estado general del cuerpo, el cual permite saber cuándo el organismo está expuesto a toxinas ambientales, por tanto al dejar de percibir olores, predice la muerte del individuo en un período de cinco años.
La pérdida del olfato no representa una causa de muerte, pero puede predecirla con mayor precisión que un diagnóstico de cáncer, insuficiencia cardíaca o alguna enfermedad pulmonar, así lo concluyó el científico Jayant Pinto.
La invetigación se realizó en los años 2005 y 2006, con tres mil voluntarios entre los 57 y 84 años de edad, la cual consistió en pedirles que identificaran cinco olores sencillos: rosa, cuero, pescado, naranja y menta, el número de olores mal identificados permitió obtener el nivel de gravedad de pérdida olfativa.
Después cinco años, los investigadores volvieron a repetir la prueba y descubrieron que 430 voluntarios ya habían muerto durante ese período y que eran precisamente los que habían fallado en la prueba del olfato, que aquellos voluntarios que no identificaron olores sencillos murieron durante los cinco años posteriores, y los que identificaron correctamente en la prueba aún seguían vivos.
La explicación científica que se dio fue que el estudio aduce que la nariz es capaz de pronosticar eficazmente la muerte gracias a que la punta del nervio olfativo es la única parte del sistema nervioso continuamente regenerada por células madre, la aparición de este tipo de células comienza a reducirse a medida que avanza la edad, provocando una gradual disminución de la capacidad de percibir e identificar olores.
Cualquier problema de disfunción olfativa implica que el cuerpo ya no es capaz de regenerarse a sí mismo, lo que manifiesta un estado de deterioro, o una muerte inminente.
Regiando
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