El Director del Centro Sísmico del Sur de California, Thomas Jordan, aseguró en el discurso inaugural de la Conferencia Sísmica Nacional, que se celebró en días pasados en Long Beach, que la falla de San Andrés está “cargada y lista para temblar”.
Thomas Jordan recordó en la conferencia que la última vez que la falla de San Andrés se activó, generó un gran terremoto en el Sur de California en el año de 1857, mismo que se calculó que fue de magnitud 7.9 grados en escala de Ritcher, desde entonces ha permanecido dormida y tranquila.
Los análisis de los movimientos de las placas tectónicas sugieren que cada 100 años éstas ajustan unos 16 pies a base de sacudidas sísmicas, que liberan parte del estrés al que están sometidas las fallas. En el caso de San Andrés, la falla ha ido acumulando tensión sin descanso durante más de un siglo.
Desde el 2008 el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) alertó de un posible sino con magnitud muy superior a 7.8 grados, si ocurriera en éstos tiempos y estimando que solo durara 2 minutos, causaría más de 1,800 muertes, más de 50 mil heridos y aproximadamente unos 200 mil millones de dólares en daños materiales.
La falla de San Andrés recorre desde Baja California en México, hasta el norte y sur de California en Estados Unidos; son 1300 kilómetros y delimita la placa Norteamericana de la placa del Pacífico.
Si se registrara pronto un sismo de esa magnitud, la Ciudad de Los Ángeles, que cuenta con una población de casi cuatro millones de habitantes, y que es la segunda más poblada de Estados Unidos, sería la más afectada, por los que los científicos de encuentran en alerta ya que de producirse un megaterremoto sería devastador para los Estados Unidos.
Regiando
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